El acero es sinónimo de resistencia en el mundo de la construcción. Ya sea en proyectos de gran escala o trabajos pequeños, este material supera desafíos extremos. A continuación, te contamos más de ello.
Soporte estructural y peso
Las láminas de acero son conocidas por su capacidad para soportar grandes cargas sin deformarse, perfectas para techados y paredes que requieren estabilidad sin añadir demasiado peso a la estructura. Su resistencia a la compresión y tracción las hace esenciales en construcciones industriales y comerciales.
Resistencia a climas extremos
Para estructuras que enfrentarán condiciones climáticas intensas, el polín es ideal. Su diseño y tratamiento anticorrosivo lo protegen de la humedad, el calor y otros factores climáticos, haciéndolo perfecto para construcciones en exteriores o en zonas con climas desafiantes.
Versatilidad en diseños complejos
El PTR se adapta a todo tipo de diseños arquitectónicos, desde marcos hasta refuerzos estructurales. Su combinación de ligereza y resistencia permite que sea moldeado en diversas formas, soportando fuerzas en distintas direcciones sin comprometer su estabilidad.
Fundamento sólido para cargas pesadas
Un elemento esencial para la cimentación firme es la varilla corrugada, proporcionando el soporte necesario en construcciones de concreto reforzado. Su capacidad de absorción de peso y su durabilidad la convierten en un material confiable para proyectos que requieren una base sólida y duradera.
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